Peques sanos, felices y veganos
Madrid, 1 de Septiembre de 2016
«No hija no, esta salchicha no es de Peppa Pig, es de otro animal. Además, si no te lo comes, vas a enfermar», porque ¡Hay que comer de todo! «
Así empieza una educación especista (luego explicaré esta discriminación), donde los peques de la casa, aún amantes de los animales y con la empatía a flor de piel, son engañados para que se coman a sus «amigos favoritos».
Realmente es una tradición muy arraigada, innecesaria y cruel, la de comer animales, que se va pasando de generación en generación, sin ser cuestionada por la mayoría. Esa mayoría que dice estar en contra del maltrato animal, pero que sin pensarlo (o sin querer pensarlo) la están subvencionando en cada bocado.
Podríamos entender que el comer animales fuera un «mal necesario» si tuvieran nutrientes que no existieran en otros alimentos vegetales. Pero por suerte para los «amigos favoritos» de nuestros peques, una alimentación 100% vegetal sana, equilibrada y respetuosa con todos los animales, es posible y además, es más fácil de lo que parece.
Por desgracia, casi cualquier mención en los medios de comunicación que se pueda hacer sobre este estilo de vida respetuoso con todos los animales, (que en términos prácticos sería una alimentación 100% vegetal o vegana) siempre serán palabras negativas e información tergiversada. Sus objetivos parecen ser el meter miedo y confundir (aún más) a la gente, en vez de informarse previamente antes de emitir la noticia, con lo fácil que lo tienen hoy con internet.
Y por eso, si preguntas por la calle o incluso a cualquier médico, nutricionista o pediatra tradicional, te dirán que es absolutamente imposible criar a un peque desde su nacimiento con una alimentación 100% vegetal. Que bajo ningún concepto puedes «obligar» o «imponer» una alimentación vegana al peque.
Sin embargo, al mirar atentamente a nuestro alrededor vemos ejemplos vivos que contradicen cualquier estudio u opinión sobre lo supuestamente nociva de ésta alimentación. Vemos que existen muchísimos niños a lo largo de todo el planeta que han sido concebidos con total normalidad siguiendo esa alimentación «tan mala» según la TV y nuestro pediatra.
¿Cómo puede ser esto posible? ¿Quién tendrá la razón? ¿La opinión de la mayoría o el ejemplo vivo de cada vez más niños y niñas totalmente sanas?
Justamente por esta confusión que existe en torno a si un peque puede llevar una alimentación 100% vegetal desde su nacimiento, y porque lo veo cada vez más a menudo en mi consulta nutricional con futuras familias, decidí escribir un libro al respecto: «Guía definitiva para criar peques sanos, felices y veganos«. El título lo dice todo, ¿verdad?
No soy el único que ha recopilado bastantes casos propios, tanto en mi consulta física en Madrid como en mi consulta virtual, ya que existe una amplia bibliografía anglosajona disponible en cualquier librería especializada o en webs de venta de libros, como Amazon por ejemplo. Además, doy ejemplos prácticos de menús, recetas irresistibles, y consejos nutricionales tanto para un embarazo vegano como para una lactancia vegana también, y siempre basándome en la ciencia.
Pero… ¿Qué dice la ciencia al respecto? ¿Se puede realmente llevar una alimentación 100% vegetal desde nacimiento y que ésta sea equilibrada?
La «Academy of Nutrition and Dietetics» (AND), hasta el 2012 llamada «American Dietetic Association» (ADA) es la organización de profesionales de la alimentación y la nutrición más grande de los Estados Unidos con más de 72.000 profesionales del sector, en conjunto con «Dietitians of Canada» dijeron en 2003 y 2009, ratificando un estudio de 1997, dijeron (pdf):
«Las dietas vegetarianas planeadas apropiadamente, incluyendo las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden aportar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planeadas son apropiadas durante todas las etapas del ciclo vital, incluyendo embarazo, lactancia, infancia, niñez y adolescencia, y para atletas.»
Aquí he recopilado más de 50 estudios científicos al respecto por si alguien quiere profundizar y quiere ver las fuentes. Y antes de seguir, voy a citar una frase popular que es de mis favoritas: «Si comes de todo, enfermarás de todo».
Seguro que alguna persona ya ha pensado en la famosa B12, y por eso hice un video hace unos meses pero lo resumo aquí también rapidamente. La B12 están en las bacterias del suelo, que antiguamente al comer vegetales recién arrancados y sin lavar, ensamblábamos la B12 en nuestro intestino. Los animales que hoy nos venden, están todos suplementados con B12 a través de sus piensos fortificados con dicha vitamina o en inyectables. Si la vaca ha pastado libremente (menos del 1% de la venta de carne actual, aunque se la sigue matando en contra de su voluntad y sigue siendo considerada un «producto» o una «esclava») ha comido su B12 en la tierra que acompañaba a ese cesped que se ha comido. Quienes respetamos a los animales debemos tomar esa misma B12 en suplementos también, pero lo hacemos sin filtrarla a través del cuerpo de un animal y además, sin ingerir la parte negativa de cualquier producto animal y derivado: grasas saturadas animales, grasas trans y colesterol, además de la ausencia de fibra.
Por suerte cada vez más familias deciden además de llevar una «vida vegana», que para mi es algo así como «vivir intentando hacer el menor daño posible», y además deciden contarlo abiertamente por internet. Así tenemos un montón de grupos en facebook, como éste o éste con muchas familias veganas que contestan muy activamente y comparten sus experiencias. También existen muchos cuentos para los peques donde todos los animales son respetados, y de hecho, en mi libro he recopilado más de 50 títulos como por ejemplo: «La Telaraña de Carlota – E.B. White», «Dora Soñadora – Chema Lera» ó «Dilo por mi – Rocio Buzo Sanchez».
No debemos dejarnos engañar por la industria de la explotación animal, ya que como se vio hace poco, una famosa marca láctea intentó engañar aún más a sus consumidores utilizando en su facebook imágenes del «Santuario Gaia» (noticia aquí). Además, ya se sabe que el lobby cárnico pagó estudios para intentar contradecir a la OMS cuando anunció que la carne era un factor de cáncer. Si contaran la verdad de sus actividades, no me cabe duda que su negocio se iría al pozo, pero tarde o temprano tendrán que cambiar su modelo de negocio porque no podrán ocultarlo mucho más tiempo. De hecho, ya han cambiado su modus operandi varias granjas lácteas que ahora venden queso vegano y les sale muy rentable, además de ser mucho más sano y sin explotar a ningún animal (ver 20 años haciendo queso de cabra y finalmente reconvierten granja para hacer queso vegano)
En definitiva, si estamos en contra del maltrato de los animales y creemos que no son nuestros esclavos, entonces, lo más coherente es actuar de esa forma. No tiene sentido decir que estamos en contra de la esclavitud de los animales, pero llevar a nuestro peque a un zoo, en vez de llevarle a un santuario de animales, donde los animales son respetados como individuos únicos toda su vida. Existen cada vez más santuarios como los que colabora Fundación Alma Animal: Santuario Vacaloura (Galicia), Santuario La Candela (Extremadura), Santuario La Pepa (Andalucia), Santuario El Valle Encantado (Madrid) (ver aquí un listado completo). O pagar por llevar pieles o cuero, o pedirnos un plato que rebosa sangre inocente de animales que decimos defender, siempre que no sea de carne de perro, gato u oso panda, obviamente, porque esos animales no se comen… ¿Y por qué no se comen?
Ésa es la definición de especismo, que al igual que el racismo o el machismo, es una discriminación donde un grupo de individuos se siente superior al grupo de en frente, en función de su color de piel, sexo o especie en este caso. Si no somos racistas ni machistas, es absurdo que seamos especistas, sobreponiendo los intereses de la especie humana por encima de los intereses de las demás especies, y creernos que están aquí para servirnos. Como diría la activista afroamericana Alice Walker (ver imagen) «Los animales del mundo existen por sus propias razones, no fueron hechos para los humanos, del mismo modo que las personas negras no fueron hechas para los blancos, ni las mujeres para los hombres»
No me cabe duda que si les contáramos la verdad a nuestros peques, se pondrían del lado de sus «amigos favoritos» y elegirían que estuvieran libres y felices en vez de terminar en su plato o enjaulados. No se querría comer ni a Peppa Pig, ni a los 3 cerditos, ni a Bambi, ni al Pato Donald, ni a «Brave, el cerdito valiente», ni querría ver a Dumbo o Balú enjaulados y seguro que preferiría ver a el Rey León y su familia en libertad.
El mundo cambia gracias a que las personas cambian, y si queremos vivir en un planeta donde no se abuse del débil, donde no se humille a los demás animales y donde no se discrimine a nadie, debemos empezar en casa.
Y termino con una de mis citas favoritas:
«Nunca dudes de que un grupo pequeño de personas comprometidas puedan cambiar el mundo. De hecho, siempre ha sido así» Margaret Mead.
Abrazos,
Victor Suarez
Nutricionista – Asesor Nutricional