El veganismo ha sido algo muy marginal en España hasta hace bien poco. Pero cada vez despierta más interés tener una alimentación saludable y respetuosa con el medio ambiente. Así, todas las miradas se dirigen a la dieta 100% vegetal como solución a nuestros problemas de salud y ambientales. Pero, ¿basta con abandonar los alimentos de origen animal para frenar la crisis climática? ¿Cómo podemos unir veganismo y sostenibilidad en un mix responsable de verdad con el planeta?

Greenwashing, veganwashing y otras chicas del montón

A estas alturas ya casi no llama la atención que marcas como El Pozo venda productos veganos. Vale, en el 2021 ya nos sorprenden pocas cosas. ¿Pero quién se iba a imaginar hace un par de años que la marca que caricaturizaba a la gente vegetariana en su publicidad iba a colocar en los lineales de los supermercados una línea de embutidos vegetales?

Las marcas de hamburguesas veganas se multiplican y ya no hace falta acudir a tiendas especializadas para hacerse con «sustitutos» como salchichas vegetales, no carne picada, queso vegano, etc. Curiosamente, una forma de alimentarse que a priori se percibía como más natural, saludable y sostenible por parte de las personas omnívoras ha acabado por reproducir los peores tics de la industria alimentaria. La producción industrial de productos alimentarios ultraprocesados veganos gana por goleada a las propuestas basadas en alimentos saludables y locales. La uniformización cultural, con planteamientos muy asociados al fast food y a la comida estadounidense en general, es ya la tónica.

La clave: cómo se producen los alimentos

Si has llegado a la web de la Fundación Alma Animal seguro que tienes claro el veganismo es mucho más que una manera de alimentarse. Es una forma de vivir en la que el uso de los demás animales como recursos no tiene cabida. Por eso abarca aspectos de nuestro día a día que van más allá de lo que ponemos en nuestro plato: desde la manera que tenemos de vestirnos y de entretenernos hasta la de hidratarnos la piel.

Sin duda, desde un punto de vista ético, el objetivo es eliminar el consumo de productos animales. Pero, en el ámbito medioambiental, no basta con dejar de producir alimentos de origen animal para sustituirlos por otros de origen vegetal. El quid de la cuestión, si ponemos la sostenibilidad en el punto de mira, es el sistema productivo. Es un hecho que dejar de consumir carne tiene un enorme impacto en nuestras huellas hídrica y de carbono. Pero también cómo se producen y dónde se producen y hasta dónde viajan para su consumo esos alimentos 100% vegetales, sin olvidar las condiciones laborales y el impacto en la economía local, cuestiones siempre pendientes.

Los ultraprocesados veganos que se nos venden con tanto bombo siguen contribuyendo a la deforestación, provocando altas emisiones durante su elaboración y transporte y perjudicando al consumo local, así como a la diversidad gastronómica y cultural. Teniendo en cuenta que uno de los argumentos de estas empresas de productos plant based es el cuidado del medio ambiente, pensar en el greenwashing resulta inevitable. Si hablamos de Burger King o Nestlé, subidas al carro de las preocupaciones éticas y ambientales de la sociedad con una supuesta apuesta eco, el lavado verde es ya de cajón.

Las hamburguesas veganas no son la solución para el planeta

No solo no son la panacea, si no que nos distraen del verdadero objetivo, que es conseguir un sistema alimentario en el que primen los alimentos reales y locales, basado en relaciones justas para personas trabajadoras y consumidoras y que potencie la soberanía alimentaria en cada región.

Sin duda, el enfoque industrial en la producción de alimentos no es sostenible. Y rebajar el altísimo nivel de consumo de proteína animal en los países desarrollados, con sus consecuencias en lo que a salud, recursos y emisiones se refiere, no se logra promoviendo la compra de hamburguesas vegetales en lugar de las de vacuno. El cambio tiene que ir a la raíz si queremos atajar el problema de verdad. Con la responsabilidad que tiene la industria ganadera — superior a la del transporte— en las emisiones de gases de efecto invernadero, esta sustitución podría parecer una mejora suficiente. Y lo sería si no estuviéramos en un contexto de crisis climática que nos aboca a un colapso irremediable como no nos pongamos las pilas ya.

Es cierto que, como individuos poco podemos hacer para lograr esa transformación sistémica. Pero, sin duda, nuestras decisiones de compra suman a la hora de cambiar el mundo, y adoptar un estilo de vida vegano cuenta en ese camino hacia la sostenibilidad. Por mucha huella que tengan los arándanos que le pones a tu porridge, siempre será inferior al de una loncha de jamón. No hay duda de que los productos cárnicos juegan en otra liga en lo que a gasto de agua y recursos y generación de emisiones se refiere. Tampoco de que la suma de decisiones de compra individuales provocan tendencias que tarde o temprano son tenidas en cuenta por la industria. O, al menos, deberían.

Seamos realistas. El veganismo no es la solución al grave problema ambiental que enfrentamos. Es solo una vía más para lograrlo siempre que consumamos con responsabilidad, nos informemos y usemos el sentido común. En resumen, menos Beyond Burgers y bananas de Colombia y más tortillas de patatas veganas hechas en casa y plátanos de Canarias.

Las hamburguesas veganas, mejor caseras

Las hamburguesas veganas, mucho mejor si son caseras y con ingredientes locales y de temporada

Veganismo y sostenibilidad: hacia un consumo consciente

En Fundación Alma Animal se trabaja desde el prisma de la interseccionalidad. El camino hacia el veganismo no parte de una motivación única, y todas las razones que nos empujen a adoptar un estilo de vida vegano son válidas. En la encuesta online de el Día mundial del veganismo a personas veganas y vegetarianas en España de 2019 se concluyó que el medio ambiente es el segundo motivo de las personas encuestadas para serlo, tras la preocupación por los animales. Por eso, te animamos a hacer el cambio, te mueva la compasión o la sostenibilidad.

Si buscas una organización comprometida por el veganismo, los derechos de los animales y el medio ambiente, en Fundación Alma Animal siempre estamos abiertas a la colaboración. Descubre la forma de ayudar que más se ajusta a ti.

Artículo de María Domínguez Díaz, consultora de marketing verde y colaboradora de Fundación Alma Animal.